Una de las causas principales de mortalidad entre los elefantes africanos es la caza por parte de los humanos, tanto como trofeos como para obtener marfil y tallarlo. Como es lógico, los cazadores tienden a elegir a los individuos con los colmillos más largos. Esto significa que, al menos en teoría, los animales con colmillos más pequeños tienen una ventaja selectiva.
Como siempre ocurre con la evolución, habrán presiones selectivas en conflicto y el resultado evolutivo es consecuencia de un compromiso. Los colmillos más largos tienen, sin duda, una ventaja cuando se trata de competir con otros elefantes, y esta se contrarresta con la desventaja que supone encontrarse con hombres armados.
Cualquier aumento de la actividad cinegética (cacería), ya sea furtiva o legal, tenderá a desplazar el equilibrio y convertirá en una ventaja tener colmillos más pequeños. Siendo todo lo demás igual, cabría esperar una tendencia evolutiva hacia colmillos más pequeños como resultado de la actividad de los cazadores, pero probablemente esperaríamos que dicha predisposición tardase milenios en ser detectable. Nadie piensa verlo durante una vida humana.
Figura 1 |
En la figura 1 se muestran datos del Departamento de Caza de Uganda, publicados en 1962. Se refieren sólo a elefantes abatidos legalmente por cazadores con licencia, entre 1925 y 1958 (periodo durante el cual Uganda era un protectorado británico) y muestran el peso medio de los colmillos en libras, de año en año. Los puntos son cifras anuales. La línea que recorre los puntos no está dibujada arbitrariamente, sino con una técnica estadística llamada regresión lineal. Se puede ver que hay una tendencia descendente a lo largo de los treinta años. Y la tendencia es muy significativa desde el punto de vista estadístico, lo que significa que es casi seguro que se trata de una tendencia real y no de un efecto del azar.
En el caso de los elefantes de Uganda tenemos buenas razones para señalar la existencia de una fuerte selección en contra de los colmillos largos. Pensemos que, aunque el gráfico sólo refiere a colmillos obtenidos con licencia de caza, sin embargo la presión selectiva que produjo la tendencia viene reforzada por la caza furtiva. De ahí que tengamos una tendencia evolutiva real sorprendentemente rápida.
Elefante africano |
El doctor Douglas Hamilton, que es una autoridad mundial en las poblaciones de elefantes africanos, se lo toma en serio y cree, seguro que con acierto, que hay que analizarlo con más cuidado. Sospecha que la tendencia comenzó bastante antes de 1925 y ha continuado después de 1958. Tiene razones para expresar que la misma causa, actuando en el pasado, está detrás de la ausencia de colmillos de muchas poblaciones locales de elefantes asiáticos. Parece, pues, que tenemos a primera vista un caso de evolución rápida que se produce delante mismo de nuestros ojos, y que requiere seguir siendo investigada.
Elefante asiático |
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