La historia de gracias a quiénes se calculó el peso de la Tierra es increíble. Todo empezó en 1683, cuando en una cena, se encontraban sentados a la mesa tres amigos: Edmund Halley (sí, en honor a quién se le llama Halley a un cometa), Robert Hook (a quién se le recuerda por ser el primero en descubrir la célula) y Christopher Wren (a quién se le reconoce como el primer astrónomo).
La conversación de pronto se centró en el movimiento de los planetas. Se sabía en ese entonces que las órbitas de los planetas eran elípticos, pero no se sabía porqué. Wren ya había tratado de dar con la respuesta, pero no pudo. Les ofreció a Halley y a Hook una apuesta, que si uno de los dos lograba dar con la respuesta él les cedería dos meses de su salario, algo así como 80 chelines. Hook aceptó, pero Halley dijo que ya lo había descubierto, pero que no se lo diría a nadie, según él, para no quitarle el gusto a nadie de que lo descubriese por sí mismo.
Después de ello Halley presionado por lo que había dicho, fue en busca de la respuesta a Cambridge y tuvo allí la audacia de ir a ver al profesor lucasiano de matemáticas de la universidad, Isaac Newton, con la esperanza de que pudiese ayudarle. Cuando Halley le preguntó a Newton cómo creía él que eran las órbitas que seguían los planetas, Newton le dijo inmediatamente que elípticas. Y cuando le preguntó porqué, Newton le dijo que lo había calculado. Halley le pidió que le enseñe los cálculos y Newton buscó los papeles sueltos donde había hecho los cálculos pero no los encontró. Era algo así como que alguien encuentra la cura para el cáncer y no sabía donde había dejado la "fórmula". Newton prometió volver a hacer los cálculos para enseñárselos a Halley.
Newton no sólo cumplió su promesa sino que tras reflexionar sobre el tema escribió el "Philosophiae Naturalis Principia Mathematica" o "Principios matemáticos de filosofía natural", más conocido como los "Principia", la obra más grande de todos los tiempos en ciencias. En este libro de 3 volúmenes Newton presentó sus 3 leyes del movimiento y además presentó de manera muy elegante la primera verdadera ley de la naturaleza: la ley de la gravedad.
Ésta establece que cada objeto del universo ejerce una fuerza de atracción sobre todos los demás. Tal vez no parezca así, pero, cuando estás sentado ahí ahora, estás tirando hacia ti todo lo que te rodea (paredes, techo, lámparas, el gato…) con tu propio y pequeño (pequeñísimo realmente) campo gravitatorio. Dicha atracción es «proporcional a la masa de cada uno y varía en una cuantía inversa al cuadrado de la distancia que los separa».
Newton había predicho según sus nuebas teorías que el planeta era de forma achatada en los polos y no perfectamente esférica como se había creído, debido a las fuerzas centrífugas de rotación. Muchos equipos de científicos durante más de 10 años, intentaron comprobar esto midiendo la longitud de un grado del meridiano, si más cerca a los polos la distancia de un grado de meridiano era mayor a la distancia de un grado de meridiano cerca al ecuador, entonces Newton tenía razón. Y efectivamente la tuvo. Muchos abandonaron su familia y vida tranquila por ir en busca de una respuesta que Newton había obtenido sin salir de su laboratorio.
Newton había predicho según sus nuebas teorías que el planeta era de forma achatada en los polos y no perfectamente esférica como se había creído, debido a las fuerzas centrífugas de rotación. Muchos equipos de científicos durante más de 10 años, intentaron comprobar esto midiendo la longitud de un grado del meridiano, si más cerca a los polos la distancia de un grado de meridiano era mayor a la distancia de un grado de meridiano cerca al ecuador, entonces Newton tenía razón. Y efectivamente la tuvo. Muchos abandonaron su familia y vida tranquila por ir en busca de una respuesta que Newton había obtenido sin salir de su laboratorio.
Isaac Newton en 1689 por Godfrey Kneller |
Henry Cavendish en 1798 midió en su laboratorio, con la ayuda de un telescopio, por el que miraba a través de un agujero en una habitación cerrada,la dichosa desviación en dos bolas de acero pendulares y calculó que la Tierra tenía 6 mil trillones de toneladas (6 000 000 000 000 000 000 000). El mejor cálculo actual del peso de la Tierra es de 5.972 trillones de toneladas, una diferencia de sólo un 1 % aproximadamente respecto a la cifra de Cavendish.
Fuente: "Una breve historia de casi todo".
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